sábado, 17 de diciembre de 2022

Resumen de la flora del monte Ezcaba, año 2022.

Otro año y ya van 17 años de seguimiento. Este año, no hemos visitado tanto el monte como el año pasado por diversas circunstancia, pero nos  siguen dando alegrías y sorpresas. Lo malo, como ya comentaremos más adelante, ha sido 2 incendios que se han producido. Uno en la parte de Berriozar y otro entre Pamplona y Burlada. Además, por segundo año consecutivo se ha pastoreado en la parte de Villava-Atarrabia y según nos han comentado seguramente se extenderá el año 2023  a la parte de Burlada-Burlata y a Huarte.

En primer lugar contaros las 5 especies nuevas que hemos descubierto este año. 3 de ellas son especies que crecen entre las rendijas de las aceras y muretes en Ansoain y pueblo viejo de Ansoain y 2 de ellas silvestres. Pero la que más ilusión nos han hecho ha sido encontrar Enebro de miera-Juniperus oxycedrus. Lo hemos encontrado en Ezcaba txiki en su parte parte más oriental y eso que habíamos pasado por allí, pero no ha sido hasta el mes de diciembre que nos hemos fijado en su presencia. Por cierto, compartía espacio con el Enebro-Juniperus communis. 

Todo esto hace que hayamos pasado de 690 especies a 695 especies diferentes vista por nosotros en estos años. Además, incluyendo las que no hemos visto del listado de German, nos quedariamos en 711 especies vistas en los últimos 40 años. Representa el 25.4 % de la biodiversidad de Navarra. 


Bueno empezamos por las 3 especies que crecen como hemos comentado en las rendijas de muretes, aceras,etc... Se tratan de un Campanula sp., Oenothera rosea y Erigeron karvinskianus.


Oenothera rosea





Erigeron karvinskianus







Las 2 especies silvestres se trata de Juniperus oxicedrus y de Scorzonera laciniata. 


La primera es el Juniperus oxicedrus,  Es  un arbusto que es más mediterráneo. Sabemos que la parte más oriental de monte es las más soleada y mediterránea, al contrario a la ladera norte que es las más atlántica(puede ser debido a que entre el monte Ohiana y Ezcaba txiki pasa el rio Ultzama y siempre es mucho más húmeda y fría.       ! Que curioso verdad¡) En tan poco espacio poder tener  climas tan diferentes. Es lo que tiene vivir en una zona de transición climática, unido a montes en diferentes laderas y siendo los vientos dominantes de Norte a sur. Además, encontramos juntos el J. oxicedrus y J communis.  Ambos se diferencian por su porte el primero más globoso y sus hojas con 2 bandas blancas y el segundo un porte más piramidal y sus hojas con una sola banda.


Enebro de miera-Juniperus oxicedrus.



El de arriba es Juniperus oxicedrus con 2 blandas blancas y el de abajo Juniperus communis con una sola banda.

El de arriba con 2 bandas blancas.J.oxicedrus y el de abajo con una banda blanca J.communis


Juniperus communis con un porte más piramidal.




Scorzonera laciniata (pinchar encima para ver la especie). Intuíamos que podía estar y la encontramos en el aparcamiento que hay en el pueblo viejo de Artica. Además, en este mismo lugar en un jardincillo que hay al lado de la carretera encontramos una segunda localización de la Leche de gallina-Ornithogallum umbelatum.

Comentaros que tenemos 4 especies de Scorzoneras:

Scorzonera laciniata, S. graminifolia, S. hispanica y S.hirsuta.


Comentaros también que por parte del ayuntamiento Villava y con la colaboración de Ahora clima y con la sección de botánica de Gorosti se va a realizar un parque botánico para poder identificar las 40 especies más representativas de esta zona. Además, se busca que  de cada una de ellas, diferentes colegios, colectivos, etc.. se sienta identificados con una especie de planta. Al final y al cabo recuperar la sabiduría popular de las plantas.


En cuanto al incendio que empezó en la parte de Pamplona-Iruña sucedió en  el mes de septiembre y fue de cierta importancia aunque al final debido a la rápida intervención de los bomberos “solo” fueron 22 ha. quemadas. Se quemaron zonas de pastizal y alguna zona de pinares y algo de robledal.

Nada más pasar el incendio, huele como cuando hacemos una barbacoa y no hay nada de vegetación en pie. Después de un par de semanas, en las cuales cayeron un par de tormentas nos hemos fijado en que ahora huele como cuando echamos agua al apagar un fuego después de una buena txistorrada. ¡Que curioso verdad ! Los humanos vamos por sensaciones y nos acordamos de ciertos olores que no se nos olvidarán jamás. Y este es un caso muy palpable. Además, vimos algo muy curioso. Como las lluvias muy fuertes, el agua escurrió por las zonas de más pendiente(allí todavía no ha crecido nada) y los lugares donde se ha podido acumular agua por ser zonas más llanas, si que han empezado a brotar ciertas plantas, las cuales no se han quemado sus raíces, tubérculos ,etc.. es muy llamativo el rebrote de algunos majuelos y zarzamoras y las primeras rosetas de alguna orquídeas.












Curiosamente algunas plantas como las Merenderas y Escilas de otoño se han beneficiado del incendio al desaparecer toda la competencia que tenía de otro tipo de plantas.







Durante el mes de noviembre las lluvias fueron más regulares, es decir, llovió muchos días en poca cantidad, lo que seguro habrá ayudado a que el agua humedezca las zonas de mayor pendiente. Ya se empieza ver desde la lejanía algo de verde.

 Es de suponer que conforme pase el invierno y llegue la primavera, las plantas pioneras y oportunistas empezarán a coloniza el paisaje.

El año 2023 haremos un seguimiento minucioso de como va evolucionando las plantas en las zonas quemadas de Pamplona-Iruña y Burlada-Burlata. También, haremos especial hincapié  al estudio de la flora de la zona que por segundo año se ha pastoreado en la parte de Villava-Atarrabia. 


Hasta pronto y larga vida a las plantas.

  






jueves, 17 de marzo de 2022

Nueva especie de Flora para Zolina. Junco espigado-Cladium mariscus

 Tenemos buenas noticias. Hemos conseguido clasificar un nuevo junco en las microbalsas de la zona norte de Zolina. Le llaman Junco espigado-Cladium mariscus. (Pinchar en la foto en la especie para conocer más datos sobre este junco tan espectacular)



martes, 8 de febrero de 2022

La importancia del pastoreo para una naturaleza en mosaico. 10 años desde que se empezó el blog flora de Navarra y Aragón.


Oveja rasa navarra, una de las razas autóctonas de Navarra, importantísimas para la gestión del monte y de los campos mediante la ganadería extensiva. La otras ovejas que ha pastado en otoño del 2021, fue la raza oveja latxa con el cual se hacen los quesos en Navarra. Los dueños de estas ovejas realizan quesos en el barrio de la Txantrea de Pamplona.
Foto: JM

Hace unas semanas, el Ayuntamiento de Villava promovió que un rebaño de ovejas pastara en las laderas de Ezkaba Txiki de su término municipal. Su objetivo: reconducir la dinámica a la que se le ha forzado al monte, generando una vegetación más abierta que lo proteja de los incendios y que mantenga y promueva la biodiversidad. Todo ello sin onerosos costes ni, por supuesto, infligir impactos grandes o desproporcionados.

Es difícil imaginar cómo era el paisaje antes de que llegáramos las personas. La razón es sencilla, ya que la interacción de las gentes con el entorno es muy antigua, y ha variado mucho desde sus comienzos. Nosotros sólo podemos ver una foto, poco más, de lo que ha ocurrido en este periodo de tiempo, en estos miles de años que convirtieron una naturaleza virginal en lo que nos encontramos en nuestros días.

Es muy posible que, rebaños de herbívoros, de todo tipo, tamaño y pelaje, mantuvieran unas poblaciones tan grandes como el propio medio les permitía: cabras montesas, ciervos de distintas especies, uros, tarpanes, … sin olvidarnos de otros más pequeños como conejos, liebres, ratoncillos, … y mucho menos de la legión de insectos que se nos pasan desapercibidos. Entre todos ellos iban creando las condiciones óptimas para su propio desarrollo.

La llegada de las personas y sus necesidades, hizo que una parte importante de esta fauna se sustituyera por rebaños de animales domésticos: ovejas, cabras, vacas, caballos, cerdos, …  hasta, en muchos casos, hacerlos desaparecer. Del mismo modo, grandes superficies del monte cambiaron su fisionomía para convertirse en cultivos, pastizales, … se extrajo madera de los bosques para distintos usos como leña, carbón vegetal, construcción, herramientas, …  incluso se arrancaron pedazos de piedra para construir la ciudad, sus edificios e infraestructuras.
Durante todo ese tiempo, Ezkaba era visto como una prolongación más de los requerimientos de supervivencia de las personas que vivían en su entorno, y el paisaje se modeló en función de la relación entre las posibilidades y las necesidades.

A lo largo del siglo XX, esta relación entre la ciudadanía y el monte se ha ido diluyendo.  Por múltiples y muy complejas causas, para la mayoría de nosotros, ya ha dejado de ser una parte importante en nuestras vidas y lo condenamos al abandono y al olvido.

Genciana de primavera-Gentiana verna. La genciana de primavera es una de esas plantas que requieren la presencia de hierbas bajas que permiten su presencia. El pastoreo es uno de esos factores que permiten la presencia permanente de estos pastizales de hierbas bajas y finas. Florece a finales de marzo o principios de abril según el año.
Foto: OP

El paisaje es dependiente de la vegetación, y esta tiene la costumbre de no estar quieta. Ante el abandono, su respuesta rápida es la explosión de arbustos, que lo rellenan todo de forma exuberante: desde los espacios más abiertos hasta el fondo de las plantaciones arbóreas, con la excepción de los roquedos y las zonas de tierras más descarnadas.

Estas son las formaciones que convierten al monte en algo impracticable, monocromático y, lo que es más peligroso en nuestro entorno, un potencial enorme para ser todo pasto en un pavoroso incendio. Entendámoslo bien, esta fase de vegetación arbustiva y enmarañada es provisional, y la propia vegetación lo recompone; pero recordemos que vivimos en una naturaleza humanizada, donde no disponemos de la paciencia necesaria, y que el monte Ezkaba se quema con demasiada frecuencia, mucho más allá de lo que se espera de la actividad de los rayos y otros accidentes naturales.

Por otra parte, el aspecto que más sufre la recuperación desmedida por el matorral es la propia biodiversidad. Seguro que ahora os estaréis preguntando si no nos hemos confundido de monte, ya que la versión popular es la de un monte “en el que no hay nada”.

“No hay nada”, sí, pero “nada más lejos de la realidad”. Tenemos, a las puertas de casa, un lugar para encontrarnos unas 700 especies de plantas diferentes en tan sólo 1.000 Ha, lo que supone un 25% de todas las especies de Navarra. Y este conteo es provisional, pues un goteo continuo de nuevas observaciones nos acompaña. Donde hay diversidad de flora, también la hay de fauna, aunque esta sea más difícil de apreciar. Estudios en especies de insectos, especialmente en el grupo de las mariposas diurnas, lo corroboran y la magnifican llegando a unas 105 especies diferentes, de las 180 que vuelan en nuestra Comunidad Foral, casi el 60%.

Pero, ¿cómo se consigue el máximo de biodiversidad? Parece lógico pensar que para un determinado ambiente hay un grupo de especies ligadas a él. Si tenemos un solo ambiente sólo podemos mantener las relacionadas con el mismo; pero ¿y si podemos mantener varios ambientes simultáneamente? La respuesta parece inmediata. ¿Por qué tener un parche de homogéneo matorral o de bosque cuando se puede tener un montón de retazos de ambientes muy diferentes formando un mosaico?

Gymnadenia conopsea es una de nuestras orquídeas propias de los pastizales. La mayoría de las orquídeas de nuestro entorno viven en los pastizales. Las hojas basales aparecen a mediados del otoño y sobreviven hasta la primavera-verano. La presencia de prados abiertos depende del nivel de la hierba de su alrededor. Florece entre mayo y junio.
Foto: OP


Para esta transformación hay que romper el estado de la vegetación actual y diversificarlo. Y para ello, qué mejor idea que recurrir a los expertos: los herbívoros; y entre ellos, algunos de los que mejor se dejan gestionar: la ganadería extensiva.


¿Cuál será el papel de este rebaño? Las ovejas, como toda la ganadería extensiva, realiza una serie de acciones sobre la vegetación. Fundamentalmente comen plantas; eso sí, son selectivas a la hora de comerlas, sobre todo en función de la disponibilidad. En general, las ovejas comen gustosamente la hierba, sobre todo la pequeña y baja, pero ante la necesidad tienen capacidad para elegir un “menú de conveniencia”. Con ello esperamos que seleccionen aquella parte que le parezca más apetitosa. Esta función está claramente dirigida y es muy interesada.
Sin embargo, no hay que olvidar otra que suele subestimarse y que puede ser tanto o más importante: el pisoteo. El pisoteo repercute sobre todas las plantas, con mayor incidencia en las jóvenes.
Ambas situaciones tensan las posibilidades de supervivencia de todas ellas. Sin embargo, las hierbas que viven en las praderas tienen una mayor capacidad de resistencia frente a otros grupos, ya que están adaptadas a la vida en ellas, donde ser comido y pisoteado es algo muy habitual. Por eso son capaces de formar nuevos brotes casi de inmediato, rejuveneciendo el pastizal y la pradera. Ello incide en la detención del crecimiento de matorrales que puedan terminar ahogando a los prados y pastizales, unos lugares de especial interés.

No todo queda aquí, el procesado de los alimentos genera sustancias muy importantes que, después de las trasformaciones pertinentes, en las que los insectos y la micro fauna y flora del suelo están muy implicados, convierten los productos de desecho del ganado en abono para el sistema.

Durante un mes, entre noviembre y diciembre, un rebaño de ovejas trabajará intensamente en todo este entramado.  Algunas de las plantas que se benefician de un pastoreo, son las que necesitan de hierba más baja sin grandes arbustos ni árboles. Especies como la genciana de primavera, bastantes especies de orquídeas, la bufala navarra o la centaurea amarilla entre otras. Todavía hay algunos ejemplos de pastizales en Ezkaba, pero poco a poco van a menos y están siendo invadidos por los matorrales.

No se realizarán milagros, pero supondrá un alivio y un soplo de aire fresco para nuestro paisaje, para nuestra biodiversidad, para nuestra fantasía e incluso, para nuestra historia.

Centaurea amarilla-Phlomis lychnitis es otra planta amante de los espacios abiertos. La presencia de los espacios abiertos depende de la presión que los herbívoros puedan realizar sobre la evolución de la vegetación arbustiva y arbórea. La situación óptima en los montes que nos rodean es un paisaje en mosaico, donde todas las formaciones vegetales tengan su peso en el entorno. Florece a finales de mayo y en junio.
Foto: OP